La revolución tecnológica para las empresas inició su camino en los años 90 con la aparición de los ordenadores de mesa, pero es ahora cuando esta revolución llega a su máximo apogeo, en unos días en los que vivimos rodeados de smartphones, tablets y wearables.
Ante esta proliferación tecnológica en los usuarios, todos los sectores intentan afrontar nuevos modelos de negocio, nuevas capacidades, la adaptación a las nuevas tecnologías (como el análisis predictivo y los sensores en real time) y la mejora de su relación con el cliente.
En este contexto, y como ya se vaticina desde 2014, es en el que la tecnología del Internet of Things (IoT) adquiere mucha más potencia, y no a nivel de hardware y de integración de circuitos, si no para los datos, las personas, los procesos y cómo conectarlos a todos entre sí.
Lo que está demostrando el IoT en estos últimos años, y de cara a un futuro inmediato, es que invertir en él no es un tema que deba interesar únicamente a startups, empresas tecnológicas y grandes corporaciones, sino que las posibilidades de este mercado pueden ser adaptables a todos los sectores y llenar así nichos de mercado que existen actualmente. Por ejemplo, en empresas en relación constante con clientes, a través del IoT podrían crear un perfil con preferencias reales de usuarios y mejorar así la vinculación con el consumidor. En otro sector como el de los seguros, a partir del estudio de los datos de los clientes, se podrán hacer análisis de escenarios para futuros servicios.
El crecimiento del mercado del Internet of Things se inició en 2013 con las primeras startups que se dedicaban a ello, siendo en 2014 el “boom” del concepto, y cuando más se habló e invirtió en startups que apostaban por esta tecnología. Según un informe de Everis, la proyección del IoT prevé que en 2017 crecerá un 20% la inversión hacia esta tecnología.
Las inversiones en Internet of Things a partir de ahora no girarán tanto en torno a el tamaño o la fuerza económica sino en la adaptabilidad y la capacidad de innovación de las empresas. Por tanto, este año entrante será un buen momento para invertir en IoT ya que es cuando todas las posibilidades del sector están abiertas y se navega en un mercado muy poco saturado.
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