Cada día convivimos con más dispositivos capaces de automatizar determinadas funciones de nuestra vivienda, una disciplina tradicionalmente conocida como domótica que con el tiempo ha dado paso al concepto de las Smart Homes, donde multiplicidad de sensores y dispositivos proporcionan a sus habitantes monitorización inteligente y control sobre las funciones del hogar.
Se trata de una de las grandes tendencias tecnológicas de la actualidad según la Consumer Technology Association.
La incorporación a nuestras vidas diarias de estos dispositivos permite optimizar un gran número de actividades relacionadas con nuestro bienestar y multiplicar el acceso a contenidos y ocio, pero también permite automatizar parámetros energéticos y ejecutar funciones avanzadas para ahorrar recursos, preservar el medio ambiente o cuidar de nuestra salud.
La incorporación de estos nuevos dispositivos a nuestra vida diaria ha ido de la mano de la capacidad de nuestras viviendas de conectarse a internet, interactuar con el entorno y funcionar de forma autónoma. Así, la mayor parte de los sensores, dispositivos y electrodomésticos en las Smart Homes requieren de una conexión a internet y se agrupan en cuatro grandes bloques:
- Ahorro energético. Se trata de la función principal de las Smart Home, donde todo está conectado entre sí y a la red de forma cooperativa. Podemos encender o apagar el climatizador mediante el wifi del hogar o un dispositivo móvil y controlar la posición de las persianas de la vivienda, pero también podemos dejar que, mediante unos sensores, sea la propia vivienda que decida si es necesario mantener la calefacción encendida cuando, subiendo las persianas, podemos alcanzar la misma temperatura interior sin malgastar recursos. El ahorro energético está también relacionado con la presencia o ausencia puntual de personas en la vivienda, o con los hábitos horarios de sus habitantes.
- Bienestar y Salud. Uno de los aspectos clave de las Smart Homes es que todos sus dispositivos pueden proporcionar un feedback inteligente a sus habitantes mediante la monitorización y capacidad de conectarse a bancos de datos. Por ejemplo, nuestra nevera puede ser capaz de catalogar su contenido mediante la lectura de códigos de barras, avisar del fin de las existencias de determinado o producto o incluso ofrecer alternativas alimentarias más saludables a los hábitos de consumo de sus ocupantes.
- Comunicación. La revolución de las Smart Homes ha sido posible gracias al abaratamiento de las comunicaciones, pero también a la integración tecnológica que ha permitido acceder a los mismos recursos desde multiplicidad de formatos, soportes y redes. Así, todas las funciones de una Smart Home podrán controlarse de forma simultánea desde una gran variedad de terminales como smartphones, tablets, o Smart TV, ya sea a través de la red wifi de la vivienda o a través de redes externas.
- Seguridad. Dispositivos como cámaras de seguridad o sensores de movimiento están muy integrados en nuestra vida diaria, y en ocasiones con funciones de comunicación a distancia automática bajo determinados parámetros. Sin embargo, en las Smart Homes un sensor de gas, una toma de corriente, un sensor de lluvia o un sensor de temperatura son capaces de ofrecer una respuesta inteligente a sus ocupantes ante determinadas circunstancias, e incluso tomar decisiones para atajar situaciones potencialmente peligrosas.
La evolución tecnológica ha supuesto la incorporación de gran cantidad de dispositivos en los hogares, cada vez más viviendas inteligentes. Fractalia ofrece soporte especializado en la configuración y conectividad de dispositivos tecnológicos, un servicio que permite optimizar el funcionamiento de todos los dispositivos instalados y sus protocolos de comunicación para obtener el máximo rendimiento de sus funcionalidades en el ámbito de las comunicaciones, el bienestar de sus ocupantes o de la eficiencia energética.
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