La innovación y la responsabilidad social corporativa son opciones estratégicas indispensables para las empresas, que apuestan cada vez más por un desarrollo competitivo en el mercado global.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC), definida como el compromiso social con el medio que rodea a las empresas, surge principalmente como resultado a los problemas medioambientales. Los cambios y daños en el medio ambiente ya son notables en la mayor parte del mundo, pero también es cierto que se ha producido un aumento de la conciencia ecológica y social por parte de las empresas y las personas.
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la responsabilidad social es el conjunto de acciones que la empresa toma en consideración para que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad y transmitan los principios y valores por los que se rige, tanto en sus procesos internos como en su relación con sus stakeholders.
La RSC permite que las empresas puedan generar valor para todos los grupos de interés que la componen al maximizar su aporte al desarrollo sostenible.
Además del compromiso con la preservación del medio ambiente, la RSC también está relacionada con la innovación, que se ha convertido no en una opción sino en una obligación para las empresas. La innovación supone promover actitudes como la creatividad, la proactividad, la colaboración, el compartir conocimiento y el aprendizaje.
La aportación de la responsabilidad social en el ámbito de la innovación debe ser la clave para el desarrollo de productos responsables y rentables. Se deben de integrar los principios de sostenibilidad en los esfuerzos de innovación. Mediante las innovaciones tecnológicas las empresas pueden emprender proyectos, actitudes y compromisos para alcanzar un crecimiento económico de manera sostenible.
Según afirma Jaime Silos, director de un estudio realizado por Forética y el Observatorio Zeltia, la relación existente entre innovación y RSC es creciente. Cada vez más empresas realizan un esfuerzo inversor en ambas estrategias. Tanto es así que el concepto de “innovación responsable” comienza a consolidarse como “una de las principales herramientas de crecimiento futuro para cualquier sector de actividad, como respuesta a los retos actuales a los que tienen que enfrentarse empresas de todos los tamaños, como son la transformación a un planeta cada vez más urbano, el cambio demográfico, la escasez de recursos y el cambio climático entre otros”.
La innovación responsable es, por tanto, una de las principales herramientas de crecimiento futuro para cualquier sector de actividad. La visión de la innovación responsable promueve mecanismos mediante los cuales las empresas contribuyen a la sostenibilidad de su negocio, al tiempo que generan valor compartido en su entorno inmediato.
Por Gema Balbacid, responsable de dirección de proyectos de I+D+i
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