El Internet de las cosas (o IoT, por sus siglas en inglés) es ya más que una tendencia: es una revolución imparable entre las empresas españolas de todos los sectores. El 42% de las compañías ya lo utilizan en España, donde ha tenido una gran acogida, por delante de la registrada en otros países de ámbito europeo como Francia (35%), Italia (29%), Reino Unido (27) y Alemania (23%), según datos del estudio “El Internet de las Cosas: Hoy y mañana”, de la empresa Aruba, de Hewlett Packard Enterprise.
Este concepto se refiere a la conexión de objetos o dispositivos cotidianos (o de la empresa) a la Red, mediante sensores u otros sistemas, para capturar datos del entorno, analizarlos y establecer comunicaciones entre sí, de máquina a máquina, sin que medie la intervención humana. Formará parte de la estrategia de cada vez más empresas, puesto que se espera que el mercado del IoT crezca en España hasta un 17,9% y alcance los 23.000 millones de inversión para el 2020, según la consultora tecnológica IDC.
Ventajas versus riesgos
El IoT brindará a muchas empresas nuevas oportunidades de negocio y ofrece diversas ventajas, tales como mejoras en la productividad y la mayor automatización de los procesos en la empresa (por ejemplo, en la industria). Al no ser necesaria la intervención humana durante la captación y análisis de datos; se producirán mejoras en la eficiencia empresarial, el ahorro de costes y el impacto en la innovación o la generación de valor a partir de los datos obtenidos. Asimismo, al recabar información de los usuarios que acepten estar conectados, se podrán ofrecer servicios más personalizados, una mejor experiencia cliente y servicios asociados a los productos que vendan. No obstante, muchas empresas aún consideran discretas estas mejoras.
Además, existen barreras de entrada del IoT como la inversión inicial necesaria para su implantación en la empresa, dificultades como la creación de valor a partir de los datos analizados y riesgos de seguridad. Estos últimos relativos a la protección de datos, la seguridad de las redes o la privacidad de las personas. El IoT puede poner en jaque la seguridad tecnológica de las empresas que se sumen a esta revolución, que deberán dotarse de sistemas de protección altamente eficaces.
Sectores de futuro
Los principales sectores en los que se está desarrollando el IoT son la industria, la salud y la energía, aunque el crecimiento de este mercado es muy transversal. En el futuro se prevé que llegue a otros sectores como el retail o la agricultura, según las tendencias observadas por Roger Bou, director general del IoTSolutionsWorldCongress. Asimismo, las aseguradoras vaticinan que el IoT tendrá un gran impacto en el InsurTech (de insurance –seguros- y technology –tecnología). Se estima que en 2020 un tercio de los hogares europeos dispondrán de tecnología inteligente y las aseguradoras ya se están preparando para ello. El 39% han impulsado o están probando iniciativas domésticas conectadas, según información recopilada de Accenture y CB Insights.
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